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Prevención de Riesgos Laborales, un sector que evoluciona hacia la madurez

Prevención de Riesgos Laborales, un sector que evoluciona hacia la madurez

Jesús Nieto y Andrés López

Jueves, 28 de octubre 2021, 10:03

Cuando a finales del año 95 se publicó la Ley de Prevención de Riesgos Laborales y en enero del 97 el Reglamento de los Servicios de Prevención en España quedaba el reto más importante al que nos enfrentaban estos cambios legislativos: transformar la cultura de un país en relación con los accidentes de trabajo y las enfermedades profesionales.

Después de más de 25 años estos conceptos han evolucionado, acelerándose desde marzo de 2020 debido a la llegada de la pandemia de la covid-19. En la actualidad se enfoca hacia una visión más integral del cuidado de la salud, donde a veces se desdibujan los bordes entre los distintos ámbitos de tratamiento: la salud laboral y la salud pública parecen darse la mano y aproximarse hacia el concepto de salud integral.

El proceso se transforma entonces en un conjunto de actividades que conducen no solo a evitar los accidentes o las enfermedades profesionales, sino a ofrecer todo un conjunto de herramientas para mejorar y mantener a las personas dentro de los parámetros del bienestar.

Por otro lado, el concepto de salud también ha ido creciendo, involucrando todos los ámbitos posibles, incluido el relacional o social. Este entorno que parece lógico no lo ha sido tanto y, a veces, son procesos que sufren aceleraciones por las interconexiones que desvelan los mecanismos de adaptación a los entornos VUCA (Volátil, Incierto, Complejo y Ambiguo, por sus iniciales en inglés), dominantes en los tiempos actuales y a perpetuidad, dado que conforman el nuevo entorno a gestionar a largo plazo, debido a las interrelaciones de las partes con el sistema.

En el sector de la prevención, el desarrollo normativo ha ido por detrás de las capacidades de las empresas para adaptarse a estos nuevos entornos y ello ha generado presiones competitivas para evolucionar el tamaño de las compañías. En esta evolución del tamaño estas han debido mejorar la eficiencia de sus procesos, la formación de las personas y la presencia de la tecnología para poder prestar servicios orientados a una mejora y aportación de valor añadido.

Actualmente en España se considera que el tamaño de mercado de los servicios de prevención ajenos alcanzó los 1.150 millones de euros en 2020, esto supuso un incremento del 4,1% respecto del año anterior.

El nivel de concentración del sector es elevado, dado que los cinco primeros operadores del sector alcanzaron en 2020 una cuota de mercado conjunta de en torno al 60%.

No ha sido un año fácil, nuestras empresas clientes han tenido que enfrentarse, en general, a una caída brusca de la demanda (aunque no en todos los sectores), con un descenso relevante de las personas ocupadas, la presencia de ERTE y la necesidad de adaptarse al trabajo a distancia.

Por otro lado, nuestro sector ha tenido que ayudar a realizar pruebas covid para que las empresas pudieran operar con la mayor seguridad posible, así como ayudarlas a crear estrategias de defensa por las posibles evoluciones e interacciones de la pandemia.

En la situación actual, esperamos que 2021 permita una recuperación económica relevante y nos ayude a seguir desarrollando nuestra actividad junto con las empresas a las que asesoramos para mejorar y conservar la salud de sus personas trabajadoras. En la evolución del sector hacia la madurez, los actuales servicios de prevención han empezado a atraer capital al sector, así como iniciar una senda de acercamiento a la innovación que parece que traerá grandes beneficios a la salud del tejido empresarial español.

Por otro lado, la madurez del sector debe permitir una mejora de la cooperación entre los operadores, generando propuestasde mayor valor añadido para la sociedad en su conjunto.

A la prevención de riesgos laborales está llegando la inteligencia artificial, el internet de las cosas, el análisis y la explotación de grandes cantidades de datos, así como investigación en materia de salud que nos permitirán acercarnos a la salud de las personas de una forma más sencilla, ayudando a integrar hábitos saludables y herramientas para acceder a información y datos relevantes sobre nuestra salud.

Las actividades como la promoción de la salud o la telemedicina han venido para quedarse y poder acercar estos comportamientos a cada persona, resolviendo dudas o tratando incidencias a una gran velocidad y con una gran calidad en el enfoque, lo que permite una detección e intervención tempranas y un enfoque correcto desde el principio.

Grupo Preving ha crecido hasta estar entre los tres mayores operadores del sector en España, contamos con más de 1.500 profesionales y cerca de 90 delegaciones. Nuestros clientes y colaboradores son nuestra razón de ser y nuestras personas el motor de inspiración para poder entregarles todo el valor que sabemos crear.

La capacidad de escuchar, la capacidad de satisfacer y superar las expectativas y la capacidad de proponer de forma anticipada son capacidades que nuestra compañía tiene instaladas y que consideramos fundamentales en el desarrollo de cualquier sector en la actualidad.

Extremadura es una región acostumbrada a hacer más con menos, a esforzarse para sobresalir y queremos ayudar a enfocar estos valores y estas potencialidades en la dirección correcta, con el objetivo de contribuir al desarrollo de un entorno sostenible donde la salud se convierta en uno de los pilares del sistema.

Sin duda, los retos actuales nos piden evolucionar como sociedad y, a nivel individual como personas, pero estamos convencidos de que la toma de conciencia de los principales actores de su capacidad de contribución y el compromiso con el desarrollo permitirán alcanzar un nuevo estadío social y desde el sector de la prevención de riesgos laborales, nuestra compañía pretende contribuir de una forma decisiva a avanzar en esta dirección.

La pandemia de coronavirus ha puesto de manifiesto la importancia de los servicios públicos como la sanidad y la educación, pero también el destacado papel que juegan actividades profesionales como las asesorías y las consultoras. Tanto grandes y pequeñas empresas como particulares han recurrido a estos servicios ante los cambios que ha generado la covid-19. Aunque con mayor peso en la fase inicial, a lo largo del estado de alarma han tenido un papel primordial en la gestión de los Expedientes Temporales de Regulación de Empleo (ERTE) y en la tramitación de ayudas públicas.

Además, el confinamiento y las limitaciones a la actividad han reforzado el peso de las nuevas tecnologías en las relaciones con la Administración. Algo en lo que tiene mucho terreno ganado un sector que está habituado a realizar trámites con la Agencia Tributaria a través de Internet para la presentación de todo tipo de liquidaciones de impuestos. Todo ello sin perder la presencialidad que caracteriza a estos servicios o la disponibilidad ante el ciudadano, sin necesidad de cita previa ni de realizar colas pero sin renunciar a la protección de la sanidad mediante mamparas y geles hidroalcohólicos.

La apuesta por la digitalización del sector en los últimos años se ha visto ahora reconocida, pero no solo por la facilidad de gestionar trámites, sino por las inversiones en materia de seguridad y protección de datos.

A esto se suma su capacidad de formación continua, también necesaria ante la sucesión de normas y leyes que se ha producido en el último año para la gestión pública de la crisis.

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