Retos y oportunidades

CARLOS ARCE PARDO

Martes, 9 de junio 2020

La primera revolución industrial: «los equipos impulsados por vapor», se extendió a lo largo de un periodo de 100 años (1800 a 1900); la segunda revolución: «el uso de la energía eléctrica», se prolongó durante un periodo de 80 años (1900 a 1980); la tercera revolución: «el uso de la electrónica y la informática», se desarrolló durante 20 años (1980 al 2000); y ahora estamos inmersos en la cuarta revolución «la digitalización», los cambios son cada vez más profundos y se producen e implantan en menor tiempo y a mayor velocidad.

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Hasta aquí nuestra historia, nadie puede afrontar el futuro con solidez si olvida de donde viene. En estos últimos años hemos tenido que afrontar periodos de incertidumbre, algunos momentos de gran dificultad y otros tremendamente positivos que parecía que nunca acabarían.

En nuestra empresa, Arram Consultores, estos cambios los hemos afrontado con determinación y con rigor, con creatividad y con pasión por las cosas bien hechas, desde un compromiso continuado con nuestros clientes, con nuestros profesionales y con nuestros socios, así como con todos aquellos con los que nos relacionamos.

Desde un principio nos comprometimos convertir en realidad los sueños, ideas y proyectos de nuestros clientes, aspirando a superar sus expectativas, mediante un trabajo creativo y riguroso, basado en la ética y en la libertad.

El año 2020 supone un punto de inflexión en la vida de las empresas, con la crisis del Coronavirus, y por tanto hablar de futuro, significa hablar de retos y objetivos. En el sector de las asesorías, consultorías y auditorías estamos obligados a analizar cómo van a impactar las nuevas tecnologías en nuestras empresas de servicios profesionales, ya que estas han venido para quedarse.

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Permitidme que os apunte algunos de los que considero más relevantes o estratégicos.

La dimensión de las empresas extremeñas es un gran hándicap para la adaptación a los cambios que se requieren, y sobre todo para luchar con las grandes corporaciones de asesoramiento. La alternativa estará en el conocimiento profundo de lo local, en la especialización (búsqueda de nichos de oportunidad) o en el trabajo en equipo de plataformas colaborativas, que nos permitiría competir con ellas.

Esta crisis nos ha introducido de lleno en el mundo digital, haciéndonos perder el miedo a celebrar reuniones desde la distancia, al teletrabajo…. esto sin duda supone que la globalización desde el punto de vista de la prestación de servicios profesionales está mucho más cerca y puede aparecer como una gran amenaza; en cambio otros la podemos ver como una gran oportunidad. Al igual que las empresas nacionales o internacionales pueden abordar el mercado extremeño, nosotros podemos abordar los mercados nacionales e internacionales; pero para ello antes deberíamos hacer algunos deberes:

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- El capital humano de las empresas de servicios es fundamental, resultando imprescindible la adaptación a los cambios tecnológicos. El conocimiento y la experiencia no deberían estar reñidos con el uso de las nuevas tecnologías, para no perder competitividad.

- Debemos seguir trabajando en eliminar la barrera de los idiomas, formando a miembros de la organización en el conocimiento de otros idiomas, culturas y legislaciones que nos permitan acceder a determinados mercados internacionales.

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- La formación permanente y el reciclaje en los conocimientos profesionales se convierte en un elemento esencial. No podemos caer en la obsolescencia, pues vendemos servicios que se prestan por profesionales, cuanto más cualificados y mejor preparados, mejor será el servicio y mayor será la facturación.

- Debemos potenciar la flexibilidad para adaptar nuestros servicios profesionales a las necesidades que el Cliente demanda, saliendo de nuestro estado de confort, escuchándolo y tratando de satisfacer sus necesidades, siempre desde la honestidad, la ética y la independencia.

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- Debemos acostumbrarnos a compartir conocimientos de forma gratuita previamente al cierre de los contratos, pues resulta fundamental poder trasmitir confianza, experiencia y conocimientos.

- En las empresas de servicios debemos colocar al Cliente en el centro, escuchándolo y permaneciendo muy próximo a él, con una atención personalizada.

La edad de las empresas extremeñas es otra de nuestras grandes limitaciones, debemos revisar qué nos falta por hacer para que nuestras empresas permanezcan en el tiempo y puedan pasar de una generación a otra. Separar el gobierno de la gestión del día a día y profesionalizar esta última se ha convertido en nuestra asignatura pendiente.

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La incorporación de jóvenes a nuestras plantillas se ha convertido en otro gran reto. Deberemos analizar por qué nuestros jóvenes prefieren irse fuera, para tratar de ofrecerles un entorno que les resulte atractivo, pues de no hacerlo nuestro talento se irá y permanecerán solo aquellos que estén cautivos, lastrando el futuro de las empresas extremeñas.

La conciencia que todos tenemos sobre la necesidad de cuidar el medio ambiente nos hace pensar que debemos incorporar la sostenibilidad a la cultura de la empresa, para aminorar el impacto de nuestra actividad y a la vez convertirnos en un elemento dinamizador que minimice el impacto que producen nuestros clientes.

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La innovación debe calar profundamente en la cultura empresarial para mejorar la prestación de los servicios profesionales, haciendo más eficientes los procesos comerciales, de producción u organizativos. Así como la búsqueda e identificación de nuevas áreas u oportunidades de negocio.

El mundo no será igual después de esta crisis y por tanto deberemos analizar qué sectores se verán afectados negativamente y cuáles necesitarán de nuestros servicios.

Esta crisis viene a ahondar en los problemas de muchos modelos de negocio, pensemos cómo creemos que nos afectará y qué tecnologías deberíamos tener en cuenta o implantar para que podamos crecer o permanecer en un futuro: ¿Cómo deberá ser nuestra empresa en el año 2021?

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Creo que debemos ponernos manos a la obra y empezar a tomar esas decisiones difíciles y duras, con prudencia y mesura. Si somos capaces de abordar estas cuestiones, estoy completamente seguro que nuestras empresas saldrán adelante. En ARRAM contamos con las capacidades y la voluntad para recorrer este camino, en el que seguramente tendremos que combinar y hacer compatibles estrategias de crecimiento y de ajuste. La conclusión es que del CORONAVIRUS SE SALE, y se sale fortalecido con resiliencia.

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