Construir el futuro a través de nuestro presente

María Jesús Catalá

Jueves, 28 de octubre 2021, 10:06

Mientras leen esta revista 'Quién es quién', se crearán 3 nuevas empresas en Extremadura; se producirán más de 21.000 Kw de energías renovables en esta región; nacerán 5 niños en los hospitales extremeños; o los bancos de alimentos de Badajoz y Cáceres ayudarán a más de 30 familias.

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Porque una vez que dejada atrás la situación de emergencia sanitaria hemos comenzado a construir una nueva realidad, heredera de la antigua, en la que, con las bases del pasado, estamos teniendo la oportunidad de edificar un futuro lleno de progreso y desarrollo.

Un nuevo escenario para nosotros, las empresas del sector financiero, que vemos cómo debemos convertirnos en actores del cambio, pero también, en garantes de que la transformación sea la llave de la esperanza en que podremos volver a ser como antes.

En este tiempo de oportunidades, nuestras miradas se dirigen a Europa, concretamente a los fondos Next Generation, que gracias a la cooperación público-privada están siendo y serán los pilares del impulso de la economía europea, nacional y extremeña. En estos fondos, articulados en torno a la recuperación económica y el refuerzo del sistema sanitario, la transición verde y la transformación digital, las entidades financieras jugamos un papel relevante gracias a nuestra capilaridad y contacto directo con el sector empresarial de nuestro país.

La experiencia nos ha demostrado que sólo a través del trabajo conjunto de todo el sector financiero, administraciones públicas y empresas podremos conseguir los mejores resultados en esta oportunidad para regenerar el tejido productivo nacional y extremeño.

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La digitalización es, por tanto, uno de las piedras angulares de los Fondos Next Generation; un campo en el que las entidades financieras aceptamos el reto hace tiempo. Acompañando a nuestros clientes, con una gestión digitalizada y especialista: apoyando y financiando operaciones con empresas de todo tipo, desde pequeños comercios hasta grandes proyectos de parques solares; ayudando a superar los momentos más complicados de la emergencia sanitaria, y apostando por las ideas que nos permitirán construir un futuro más sostenible.

Los expertos dicen que la principal ventaja competitiva de las empresas familiares es que tienen unos valores propios, una serie de compromisos, una manera de hacer las cosas en la que hay un gran factor emocional que genera una identidad propia. En Extremadura, el 80% de las empresas son familiares, y esa identidad propia, que forma parte de su ADN empresarial, encaja a la perfección con los valores de servicio y asesoramiento que el sector financiero ofrece, como actor imprescindible en el funcionamiento de cualquier economía. El acceso a los Fondos Next Generation será fundamental para el futuro de estas empresas familiares, principalmente por su capacidad de arrastre sobre la actividad productiva del tejido y la generación y mantenimiento del empleo.

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Bancos y cajas de ahorro somos conscientes de la importancia de la actividad agroganadera y agroindustrial como motor del desarrollo para Extremadura, que no debe quedar ajena a este proceso de digitalización. Para contribuir a su crecimiento, deben enfrentarse a la dispersión geográfica, el relevo generacional y el empoderamiento de la mujer en el mundo rural; una hoja de ruta en la que las entidades financieras tenemos mucho que decir.

Y así, lo trabajamos día a día con nuestros clientes, fomentando la digitalización y la cita previa, rompiendo distancias gracias a la movilidad de los gestores especialistas, que tienen la posibilidad, por ejemplo, de atender a los clientes desde las mismas explotaciones. Las entidades financieras deben apostar por la gestión omnicanal, aprovechando el salto cualitativo y cuantitativo que la mayor parte de la población ha dado en la familiarización con nuevas formas de comunicación, tramitación y contratación, para cambiar el modelo de atención al cliente y adaptarse a las necesidades de esta nueva realidad que estamos creando. El relevo generacional es otra de las claves para el crecimiento de la región, también muy ligado al proceso de digitalización. Un buen ejemplo es María Elena García, fundadora de Goji Mediterránea, empresa dedicada al cultivo de bayas goji en el norte de Extremadura, y ganadora de la fase territorial del 'Premio a mujer profesional autónoma' CaixaBank 2021.

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Relevo generacional que va unido al empoderamiento de la mujer rural, que desde varias entidades financieras trabajamos año tras año en colaboración con Cooperativas Agroalimentarias: porque la participación de las mujeres extremeñas en los órganos de gestión de las cooperativas del sector agroalimentario es clave para el futuro del sector.

Todo lo vivido en los últimos meses nos ha demostrado que las personas son lo primero. Muchas veces hemos escuchado que la última ola de esta pandemia será invisible y afectará a nuestra salud mental. Pero nuestra extraordinaria capacidad de adaptación nos hará superar la prueba. En CaixaBank tenemos la firme voluntad y el perenne compromiso de estar al lado de los que más lo necesitan, como llevamos haciendo desde hace más de cien años. Nuestra banca socialmente responsable, nuestro compromiso social hacen que ayudar a ayudar sea una de las chispas que enciende nuestro motor cada día.

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La economía extremeña, como todas, ha sufrido en los últimos meses los efectos devastadores de la pandemia, pero cuenta con una serie de fortalezas y oportunidades sobre las que poner el foco en su estrategia de reactivación. Una estrategia en la que como hemos visto estará muy presente el sector financiero, en su papel clave en la gestión de los Fondos Next Generation, apoyando la puesta en valor de los recursos naturales, el desarrollo del sector agroalimentario, el fomento del autoconsumo eléctrico y la transformación digital como elemento de cohesión territorial. Porque el poder para crear un futuro mejor está contenido en el momento presente: crearemos un buen mañana trabajando por un bien hoy.

Fusiones. Ajustes de plantilla. Cierres de oficinas. El sector bancario se encuentra inmerso en una reestructuración que parece ir dirigida hacia una reducción de operadores en el mercado. Menos empresas, pero más fuertes. Ese fue el objetivo con el que, desde el propio Banco de España y desde el poder Ejecutivo, se marcó la dirección a seguir tras la crisis de 2008. La concentración bancaria buscaba evitar que se repitieran quiebras y rescates.

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Por el camino, con los ERE (expedientes de regulación de empleo) que ya han puesto en marcha algunas entidades o están negociando otras, se van a quedar muchos puestos de trabajo. Es uno de los aspectos negativos de la coyuntura actual. El reto al que se enfrentan: continuar mejorando los servicios que ofrecen y que sus clientes se sientan igual de atendidos sin la cercanía que aporta el trato directo.

Al revés, las cooperativas de crédito implantadas en el mercado extremeño están optando por mantener sucursales y, en algunos casos, ampliarlas. En su caso, un servicio cada vez más profesionalizado es el horizonte hacia el que se deben dirigir si quieren captar clientes.

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Por su parte, las empresas aseguradoras, como sucede en otros sectores, están atravesando unos momentos complicados. Entre sus objetivos más inmediatos están atraer talento a sus plantillas, para lo que promueven una formación de calidad, y avanzar hacia la gestión empresarial sostenible. Su compromiso con las buenas prácticas es firme. Un desempeño más eficiente redunda en poder ofrecer unos precios más baratos y a la vez ahorra costes a las propias aseguradoras si cada vez se producen menos siniestros.

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