Hacia la imprescindible reindustrialización

Cuando la tormenta haya pasado, no comprenderás cómo lograste sobrevivir. Ni siquiera estarás seguro de que la tormenta haya cesado de verdad. Pero una cosa sí estará clara: la persona que surja de la tormenta no será la misma que entró en ella». Este fragmento pertenece a la novela 'Kafka en la orilla', obra del eterno aspirante al Nobel de Literatura Haruki Murakami. Tras más de un año y medio de pandemia, ahora que comenzamos a ver la luz al final del túnel gracias a la vacunación, este fragmento del escritor japonés resulta inspirador. Inspirador, entre otras cosas, porque lo podemos extrapolar a nuestro contexto. Tras tantos meses de extrema dureza, el mundo nunca volverá a ser el mismo. Por eso, en Grupo Industrial CL trabajamos de manera aún más denodada. Vienen tiempos de cambio. Un tiempo que no debemos ver como amenaza, sino como oportunidad. Ahora que, por fin, parece que la ciencia le dobla el brazo a la pandemia, insistimos aún más en nuestros valores de siempre para encarar este nuevo tiempo que espera a la vuelta de la equina, un futuro que también será clave en los sectores del comercio y la distribución.

Las experiencias del pasado son el carburante esencial de cualquier evolución. Algo que también es aplicable a los sectores del comercio y la distribución. La pandemia ha acelerado los retos que teníamos pendientes, especialmente en esos dos sectores, ambos esenciales para nosotros. De hecho, ahí radica nuestra génesis. Si Grupo Industrial CL cuenta actualmente con más de 2900 trabajadores distribuidos en 26 empresas con presencia en 24 países es porque hace 40 años nació Cristian Lay. Entonces, un negocio dedicado a la venta por catálogo, bisutería, complementos, relojes y joyería; ahora, una empresa en constante evolución donde trabajamos en su continua modernización con el objetivo de convertirlo en un referente del e-commerce en España.

Ese 'comercio electrónico' es, sin duda, un futuro insoslayable para quien desee seguir en el sector. No obstante, al mismo tiempo seguimos creyendo en la cercanía humana, en ir casa por casa si es preciso para estar en contacto con nuestros clientes. Nadie puede negar que los hábitos de la población están en constante evolución, cada vez más digitales y menos analógicos. Nosotros estaremos en esa evolución ofreciendo siempre la rapidez y calidad que merece cada cliente, pero al mismo tiempo, mantendremos la cercanía para que nos sientan como parte de su día a día.

No cabe duda de que, además de cuidar los canales tradiciones, impulsar un comercio electrónico óptimo es garantía de porvenir. De hecho, hablamos de un sector que creció más del 20% en nuestro país durante 2020 y, de su mano, alzó otros sectores complementarios como la moda o los dispositivos electrónicos. Por lo tanto, es un ámbito que, además, permite sinergias que hay que aprovechar. De hecho, los principales estudios del mercado prevén un crecimiento aún mayor en 2021, del 24% concretamente. Esas previsiones deben ser un acicate para que las empresas estemos a la última, ya que la pandemia ha sido el acelerador definitivo para este tipo de actividad.

No se sale igual de una tormenta, decía Murakami. Es cierto. En Grupo Industrial CL estamos convencidos de que, después de la tormenta que estamos viviendo, el futuro de España pasará por el desarrollo tecnológico que dé un mejor comercio y una mejor distribución, pero, ante todo, por la reindustrialización.

Una reindustrialización en la que llevamos trabajando más de cuatro décadas y cuyo compromiso renovamos el pasado verano cuando adquirimos Grupo Gallardo Balboa. Una reindustrialización imprescindible, como hemos comprobado desde que el coronavirus llegara a nuestras vidas, para no depender de mercados externos hasta para comprar una mascarilla.

Una reindustrialización que, además, suponga bienestar y prosperidad para nuestro país, tan necesitado como estará de todo ello cuando acabe la pandemia. Una reindustrialización en la que necesitaremos el apoyo de las instituciones públicas y que, por supuesto, debe ser responsable y sostenible, indispensable para acabar con la España vaciada. Una reindustrialización, por tanto, que vertebre un país donde vivir sea posible tanto en la ciudad como en el campo y que ambos enclaves ofrezcan perspectivas de futuro. Se puede y se debe hacer una actividad industrial óptima sin zaherir el medio ambiente. El compromiso de Grupo Industrial CL con la Agenda 2030 es total. Es un orgullo que nuestras empresas, como ha sido el caso reciente de Matías Gomá Tomás en los Premios Sostenibilidad y Medio Ambiente del diario La Razón, sean distinguidas en ese ámbito.

Grupo Industrial CL es mucho más que empresas, facturación y objetivos. Es, ante todo, una gran familia que se rige por valores como la cercanía, la tolerancia, el respeto al medio ambiente y, sobre todo, las buenas relaciones interpersonales.

Creemos en trabajar como un gran equipo, creemos en construir el futuro a través de la constancia del presente y de las lecciones adquiridas en el pasado. Somos negocio y actividad empresarial, pero, sobre todo, somos personas, valores e ideas y gracias a esa combinación estamos convencidos de que lo mejor siempre está por venir.

Es la vida de las ciudades. El comercio saca a la gente a la calle, aporta dinamismo a la economía local, atrae visitantes. El más cercano, el de proximidad, sirve de termómetro social: a través de sus datos se puede tomar el pulso a las poblaciones. Por su parte, las grandes superficies comerciales ofrecen una comodidad que invita a desplazarse hasta ellos desde puntos más alejados.

Decir que ambos se han visto afectados por la pandemia es no decir nada. Al final, son las peculiaridades las que marcan la diferencia y los sectores se han comportado de manera muy diferente desde marzo de 2020: mientras que la alimentación ha incrementado sus ventas, el textil ha sufrido mucho con las restricciones. Eso sí, todos han tenido que incrementar sus gastos en pro de la seguridad sanitaria.

El coronavirus también ha disparado el comercio electrónico. La presencia en internet de las empresas, grandes y pequeñas, viene de lejos y ya era un canal de ventas que se movía al alza. Sin embargo, los cambios en este sentido se han acelerado y el comercio electrónico cada vez representa un mayor porcentaje. Hasta el tercer trimestre del año pasado, según datos de Anged (Asociación Nacional de Grandes Empresas de Distribución), la penetración del 'ecommerce' en los hogares españoles creció un 49%, mientras que el comercio total cayó 9,3 puntos. Tras la incertidumbre de 2020, año en que las ayudas públicas han sido un sustento para muchas empresas, ahora los comerciantes esperan que se recuperen las ventas y que ese consumo de venganza del que hablan algunos economistas sea pronto una realidad.