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Sin innovación no hay evolución

Juan Pérez Gálvez

Jueves, 28 de octubre 2021, 10:12

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Crear una empresa, impulsar una idea de negocio o gestionar la dirección de una compañía es una tarea apasionante pero también un desafío. Son retos ambiciosos y de largo recorrido, pero, por su contribución al conjunto de la sociedad, merecen la pena abordarlos. Los empresarios extremeños conocen de primera mano el trabajo, esfuerzo y constancia que este desafío implica. Tienen compañías que son referentes a nivel regional, nacional e internacional y madera para el desarrollo empresarial.

La transformación digital, la internacionalización, la mejora continua o la innovación disruptiva son algunos de los retos continuos a los que los empresarios se han enfrentado desde siempre. Sin embargo, estos 'nuevos tiempos' ha supuesto un importante cambio en el ritmo de adaptación y exigencia.

Por ello, la misión en la formación de la alta dirección debe ser favorecer la creación de riqueza en las zonas en las que impartan sus diferentes programas, dando servicio a las empresas y, por ende, a la sociedad. Ese es el camino que debemos seguir promoviendo. Para que cada día sean más las empresas que puedan rediseñar su modelo de negocio y desarrollar equipos de forma eficaz. Que puedan experimentar un crecimiento más rápido y eficiente, creando puestos de trabajo de calidad y mejorando su productividad. Además de favorecer el ánimo y la iniciativa personal para que sean muchos mas los empresarios de la región.

En general, los directivos y empresarios están sometidos a una gran incertidumbre, lógica y una soledad a veces demasiado pesada…es en las escuelas de negocio, con una alta excelencia y trato personalizado, donde deben encontrar un ámbito en el que poder debatir sus preocupaciones, reflexionar sobre sus problemas y buscar soluciones. Mucho mejor si es en un entorno académico, que además favorezca el intercambio de experiencias entre iguales.

Además, la gran extensión geográfica de la región extremeña hace que su tejido empresarial esté disperso y, por eso, las escuelas de negocios deben actuar como nexo de unión entre empresarios para su desarrollo. Impulsando entornos colaborativos y de cooperación para la creación y consolidación de modelos de negocio que generen transformación e impacto social, así como empleo de calidad.

El mundo empresarial necesita contar con método que sitúen la excelencia como referencia, permitiendo atraer personas cualificadas, crear sentimiento de pertenencia, mejores resultados económicos, inversión y competitividad que permita la sostenibilidad en el tiempo del proyecto empresarial. Todo esto es la innovación, uno de los pilares fundamentales en las empresas actuales y las futuras.

En San Telmo Business School seguimos trabajando en la investigación de ejemplos actualizados y reales de empresas que generan tendencias y afrontan con éxito o fracaso situaciones que sirven para orientar, reflexionar y dar luz a otros empresarios y directivos. Eso es lo diferencial del método del caso. Análisis clínicos de empresas y dirigentes, que sirven de enseñanza a los demás.

Cualquier escuela de negocios que quiera ser útil, debe avanzar en la innovación en sus procesos, aprovechando las ventajas de las nuevas tecnologías para continuar adaptándose a los participantes de los programas. Siempre, sin perder de vista que el contacto directo y el trato personal son la base de una formación de excelencia, al igual que el seguimiento personalizado.

Con más de mil millones de usuarios en Internet, la economía mundial es ya una economía digital, que fomenta una nueva manera de entender la cultura empresarial y nuevas prácticas de gestión.

En San Telmo Business School hemos sido testigos de cómo empresarios andaluces y extremeños han contribuido con su talento y su valentía a la evolución de sus compañías. Para ello, los hemos acompañado tras su paso por nuestras aulas en el oficio de gobernar, en el que han generado prosperidad y desarrollo para miles de personas y sus entornos.

Invertir en formación es una garantía de futuro frente a los cambios que están por venir. Así pues, parece claro que el devenir de una compañía dependerá, en buena manera, de la gestión de sus líderes y colaboradores y, para ello, las escuelas de negocio deben estar a la altura. Las cuales, deben apostar por ofrecer contenidos de utilidad para el tejido empresarial, generando valor y nuevas formas de colaboración con ellos.

Sin duda, la Inteligencia Artificial, el Machine Learning o el Big Data, nos permitirán avanzar más rápido en ese proceso de formación en el arte de dirigir empresas.

La innovación va muy ligada a la mejora continua. Nunca se había vivido un cambio tan rápido en los hábitos del cliente final debido a la tecnología y la conectividad. El comportamiento del consumidor avanza más rápido que muchos modelos de negocio. Esto provoca que las empresas se vean abocadas a repensar su estrategia para no perder oportunidades en un entorno cada vez más impredecible. El mercado actual demanda análisis, velocidad en la toma de decisiones y formación, para minimizar incertidumbres.

Este es el reto, fortalecer el enfoque innovador de las escuelas de negocio y de las empresas. Es esencial que comprendan los componentes de una estrategia que permita al sector educativo crear valor. Los centros de formación de empresarios y directivos más innovadores están aprovechando este momento de crisis para transformarse y adaptar su oferta formativa. Las escuelas de negocio que entiendan que el mundo de las organizaciones está en plena transformación, como la propia sociedad en la que se asienta, podrán responder a las demandas actuales.

Cuando oímos la palabra innovación habitualmente pensamos en tecnología. Sin embargo, la innovación también es ser capaz de mirar distinto y desde otro prisma a algo conocido. Reevaluar el servicio que da mi empresa con el fin de redefinirlo. Cambiar la visión que otros tienen de mi producto o ser capaz de ver qué puede mejorarse en algo que es posible que se haya quedado obsoleto. Se trata, en definitiva, de dar respuesta a tres cuestiones: qué está ocurriendo, qué está cambiando y cómo se gestiona este cambio cultural. En conclusión, las escuelas de negocio tienen la misión de contribuir y ayudar a que los directivos y empresarios puedan formular las respuestas adecuadas con una formación excelente e innovadora. Deben seguir poniendo el foco en ser centros de referencia y tener como objetivo causar un impacto positivo en las empresas, profesionales y el conjunto de la sociedad.

En un mercado laboral en constante cambio, con profesiones que se quedan obsoletas y otras que surgen de la mano de los avances tecnológicos, los trabajadores necesitan actualizarse si no quieren quedarse atrás. Un ejemplo son los proyectos industriales que, en muchos casos, llegan a Extremadura con formaciones aparejadas, como ha sucedido repetidamente con la instalación de plantas fotovoltaicas o, más recientemente, con la transformación de litio.

La labor de los centros de formación va a ser, por tanto, indispensable para garantizar que la sociedad adquiera las competencias que requieren y requerirán los empleos del futuro, pero también del presente. No solo los trabajadores, también los empresarios demandan una formación acorde a su puesto. En este sentido, las escuelas de negocio tienen mucho que decir para que las empresas se adapten a los cambios que exige un contexto globalizado.

Dentro del ámbito laboral, la formación es, igualmente, un vehículo fundamental de cara a prevenir la siniestralidad laboral. Para todo ello, los centros de formación necesitan adaptar su modo de trabajar a sus alumnos. Las sesiones no presenciales y los horarios flexibles gracias a la posibilidad de grabar las clases ofrecen facilidades, pero no se pueden olvidar del trato personal que necesita cada persona.

Otro de los sectores que están viviendo un importante incremento de alumnos son los centros que se dedican a preparar a oposiciones. La crisis económica y laboral asociada a la pandemia ha provocado que muchas personas vean ahora el funcionariado como una opción de futuro que no se habían planteado con anterioridad.

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