Según datos del IEEX, la comunidad de Extremadura posee 32.895 empresas quienes impulsan el desarrollo y crecimiento de la economía extremeña, de las cuales alrededor 1.358 (según últimos datos disponibles del MAPA), son industrias agroalimentarias, que representan uno de los pilares más importantes que contribuyen al PIB regional y principal motor de las exportaciones con un 50% sobre el total de estas.
Nuestro sector se enfrenta a un desafío sin precedentes, en donde coexisten 3 factores, la situación económica con un IPC que supera ya el 10%; la crisis energética, con una burbuja de precios (en nuestro caso triplicados) además de las posibles restricciones como en el caso del gas; y la gran sequía que afecta nuestros cultivos haciendo que las productividades a fecha de hoy hayan caído hasta un 35% en algunas zonas.
Además, se agrega la invasión rusa a Ucrania, ya en su sexto mes y sin previsiones de que acabe en el corto plazo, que junto a los factores descritos nos traen una situación de gran incertidumbre y preocupación.
En nuestro caso, como en una gran parte del sector, no sabemos qué nos deparará la siguiente campaña. Durante el 2022 hemos tenido unos incrementos en costes de insumos, como el aceite de girasol que usamos en parte de nuestros procesos, del 250%, y subidas en precios de materias primas de un 25%.
La repercusión en la cuenta de resultados de las compañías será importante, y eso finalmente se verá reflejado en el incremento de precios del producto fabricado, que ya está soportando el consumidor final y no sabemos hasta dónde podrá o querrá asumirlos.
Otro factor que agrava la situación de por sí ya dramática, es la falta de mano de obra especializada, tanto para la Agroindustria, como también la no cualificada para poder levantar nuestras cosechas. Nuestros costes salariales han crecido, ofrecemos muchos beneficios, gran flexibilidad y conciliación laboral, acceso a condiciones tecnológicas y beneficios que superan a veces lo que le puedan ofrecerse en otras compañías o comunidades, pero, aun así, es difícil atraer talento.
Por lo que se debe seguir trabajando desde las propias empresas junto con la administración y las instituciones educativas, para poder generar las bases necesarias, que cubran esa demanda, ya sea a través de la formación profesional, la FP dual, u otros programas para jóvenes profesionales (PIT o INVESTIGO).
En nuestro caso, formamos parte del consejo asesor de a Deutz Business School junto a otras empresas de Extremadura para que, desde este foro, se puedan aportar ideas y soluciones a este gran problema.
En las próximas campañas muchos de nuestros agricultores abandonarán nuestros cultivos para dedicarse a otros más mecanizados y que no requieran de tanto personal, agregando más personas al paro, que ya está en cifras extremadamente altas (16,7%). Esto es un tema sin resolver por el gobierno, que no pone las medidas necesarias o no al menos las que corresponde, ya que por un lado no hay mano de obra para el campo, y por el otro, el paro sube. La nueva reforma laboral, no ha ayudado precisamente al sector del campo extremeño, del cual dependemos para que nuestras industrias puedan funcionar. Si no que ha creado otro factor más de presión para las empresas agroindustriales de la región al perder superficie de materia prima para producir.
Desde Monliz España estamos trabajando en agricultura regenerativa y sostenible desde hace años, tratando de mitigar, las consecuencias del cambio climático, que nos afecta directamente en los ciclos de nuestros cultivos con temperaturas extremas y falta de agua.
Hemos implantado acciones como la reducción de fertilización en un 10%, aportación de grandes cantidades de materia orgánica para mejorar los nutrientes del suelo, y mejoras en el plan de irrigación, con reducciones de un 11% en el consumo de agua. Además de muchas acciones en biodiversidad
Ya no es posible desarrollar una estrategia competitiva, sin ser plenamente conscientes de que nuestros criterios ESG, deben ser los pilares fundamentales sobre los que se basa el desarrollo agroindustrial sostenible.
Instalaremos 2 plantas fotovoltaicas a lo largo del 22-23 de aproximadamente 2 Mw continuando con nuestra estrategia de descarbonización.
Estamos orgullosos de haber sido la primera empresa extremeña en haberse implantado en la Plataforma Logística del Suroeste Ibérico, en Badajoz siendo dinamizadores de este espacio logístico, que esperamos pueda seguir llenándose de empresas, que sigan nuestro camino.
EL Gobierno debe trabajar de forma más eficiente en dar cumplimiento a la ejecución de las infraestructuras logísticas de acceso terrestre y ferroviario del nivel que Extremadura se merece y que esto suceda antes del próximo trienio. (tanto en la alta velocidad como en el tren de mercancías). Ya no es viable que Extremadura no tenga esas infraestructuras.
Desde la plataforma del Corredor del Suroeste Ibérico, trabajamos con propuestas concretas que hacemos llegar a los estamentos políticos que toman las decisiones, pero que tantas veces lamentablemente ni siquiera son tenidas en cuenta. Se necesita valentía para tomar decisiones, decir la verdad y asumir las consecuencias de los retrasos que hemos sufrido en los últimos años y que seguimos sufriendo.
Sin las infraestructuras adecuadas que ayuden a que nuestros costes sean menores, la agroindustria extremeña puede sufrir un gran varapalo del cual tal vez no se recupere.
Monliz España produce 30mil toneladas de vegetales congelados al año de alto valor añadido, transformando materia prima proveniente de 1.500 Hectáreas de cultivo dando trabajo a 300 personas durante los meses pico de campaña, y manteniendo una media de 180 personas trabajando todo el año, más todos los puestos indirectos que se crean en el campo gracias a nuestra presencia.
Decimos que las agroindustrias invertimos aquí por la disponibilidad de suelo y p los recursos naturales que Extremadura ofrece (tierra, sol y agua), pero como vemos esto ya no es suficiente.
La industrialización, inversión y desarrollo nos lleva a pensar cada vez más en la automatización de toda la cadena, pero hay veces que esa posibilidad todavía no existe en el mercado, como es el caso de algunos cultivos donde todavía no existe maquinaria o solución capaz de reemplazar la mano de obra.
La evolución en los últimos años de la agroindustria extremeña ha sido inmensa, sabiendo innovar, y haciendo como en nuestro caso, grandes inversiones en tecnología y digitalización.
Extremadura dispone de profesionales, herramientas tecnológicas, e iniciativas, para ser puntera en esta industria a nivel nacional e internacional por lo que no se puede dar el lujo de perder ni una sola empresa, por falta de mano de obra, infraestructuras, o situaciones similares.
Esperemos que la climatología nos dé un respiro y que, en el corto plazo, que se presenta tan convulso y difícil de afrontar, nos encuentre a empresas, administración e instituciones educativas alineados y preparados, porque de eso dependerá nuestra subsistencia en el futuro inmediato.