Extremadura es una región por explotar que en la mayoría de los casos tiene que hacer el doble de esfuerzo para demostrar su talento. Aun así, en la actualidad ha quedado latente que el tejido industrial extremeño es un diamante en bruto. En Extremadura hay varios proyectos industriales, destacados por su trayectoria de emprendimiento familiar, que lideran el mercado español e incluso el mercado internacional. Somos empresas tractoras, extremeñas, dirigidas por extremeños que trabajan codo con codo con sus colaboradores, con autónomos, subcontratas... y que contribuyen a desarrollar el tejido profesional e industrial de la región y a generar riqueza.
Pero a pesar de ello, durante el último año, todas las empresas nos hemos visto afectadas por la COVID-19 y no en todos los sectores lo hemos vivido igual. Algunos hemos podido y sabido aprovechar las oportunidades derivadas de la situación. Otros, sin embargo, han sufrido grandes estragos en su economía. Por suerte, cuando se declaró el estado de alarma, Inquiba fue considerada como industria esencial y hemos podido hacer un balance del año positivo. Fabricar productos de primera necesidad nos sitúa en un sector muy competitivo y esto es lo que nos ha hecho avanzar, a pesar de la crisis económica y sanitaria, a pesar de la pandemia. Como empresa nos hemos sentido muy reconfortados y respaldados por todas los profesionales que forman parte de Inquiba, porque a pesar de las dificultades del momento, de la incertidumbre y el miedo, han tenido una actitud comprometida y ejemplar.
Sea de un modo u otro, creo que todas las empresas compartimos los mismos objetivos. Queremos trabajar, crear riqueza y crecer buscando la excelencia. En Inquiba apostamos por una política de inversión continua, orientada a mejorar la eficiencia de nuestros procesos y a la formación de nuestros colaboradores para poder competir en un entorno muy complejo al que nos tenemos que adaptar con rapidez. Contamos con un equipo formado por excelentes profesionales, mayoritariamente extremeños, a los que motivamos para permanecer en la región y desarrollarse profesionalmente en ella. No podemos permitirnos que las jóvenes promesas se vayan fuera. Hoy en día es fácil caer en la obsolescencia. Los cambios se producen cada vez más rápido, el mercado cada vez es más amplio y nuestros profesionales deben estar al nivel que necesitamos. En Inquiba invertimos en las personas porque son el motor de nuestra compañía y sin los que nunca habríamos llegado a donde estamos ahora.
Soy optimista y creo que el sector industrial tiene muchas posibilidades, tiene futuro y saldrá reforzado de esta crisis. Pero las empresas debemos estar atentas a las necesidades de los consumidores y dar respuesta a sus exigencias, unas exigencias que cambian continuamente. En Inquiba trabajamos con pasión para desarrollar productos que cubran las necesidades del consumidor, con la mejor calidad, sostenibles y con el precio más competitivo. Esto nos está permitiendo liderar el mercado Ibérico de la mano de nuestros clientes.
Sin duda, debemos aprovechar las empresas tractoras de la región y promover el desarrollo de otras de nueva creación. La Universidad puede formar especialistas pero no empresarios o empresarias, que son lo que ahora hace falta. Necesitamos gente nueva, jóvenes que se involucren con la región y apuesten por el emprendimiento. Desde aquí, animo a aquellas personas que tengan una idea, que se arriesguen y luchen por ella. Y a aquellas personas que se embarquen en un proyecto empresarial, les aconsejo que crean en sí mismas, que detrás de un «no» siempre debe haber un «sí» y que nunca deben ponerse obstáculos. Cualquier proyecto empresarial debe centrarse en una idea y obsesionarse con sacarla adelante.
Es por ello que, a pesar de la trayectoria de la industria extremeña y de sus méritos para situarse en una buena posición en el sector, queda mucho por hacer y no debemos desviar nuestra atención de los puntos importantes que pueden aportar valor a nuestras empresas. La actuación de las administraciones públicas juega un papel fundamental en nuestra evolución y desarrollo. La industria necesita resoluciones rápidas para sus proyectos empresariales. Cuanto más pronta sea la respuesta a las peticiones presentadas, más podrá crecer la industria extremeña. Desde Inquiba nos sentimos muy agradecidos con la gestión de la administración autonómica y con el funcionariado que trabaja con nuestros expedientes, pero somos conscientes de que en muchos casos el desarrollo de los procesos burocráticos perjudica el futuro de nuestras empresas.
Escasa pero con visos de crecimiento. La industria en Extremadura presenta pocos pero notables ejemplos de fortaleza. El cambio más sobresaliente ha llegado con el peso que ha alcanzado el grupo industrial CL, que agrupa a las empresas que fundó el jerezano Ricardo Leal, tras comprar al Grupo Gallardo, del también empresario de Jerez Alfonso Gallardo. De esta forma, CL cerró 2020 con 782 millones de facturación y 2.900 trabajadores. La acería Balboa, que vive momentos de recuperación de su actividad, da empleo directo a 500 trabajadores. Mientras, otras empresas del grupo CL como Ondupack proyecta una nueva factoría de envases y embalajes de cartón ondulado en Navalmoral (tiene una ya en Almendralejo), que supondrá una inversión de 35 millones y 110 empleos directos más. Mientras, la compra de la cementera de Alconera por una multinacional brasileña Votorantim Cimentos avanza una ya palpable reactivación del sector de la construcción. Imedexsa (estructuras metálicas eléctricas) y BA Glass (Barbosa & Almeida, fábrica de vidrio en Villafranca de los Barros) e Inquiba (fabricación de productos químicos y de limpieza en Guareña) constituyen algunos casos de la buena pero corta estructura industrial en Extremadura. Otro lo muestra Deutz Spain, de titularidad alemana y asentada en Zafra, centrada en la fabricación de motores. Industrias vinculadas al desarrollo de las energías renovables y proyectos como el de la azucarera de Mérida (previsión de iniciar su construcción el año que viene, con 500 millones de inversión y 200 empleos) aventuran un panorama más optimista a medio plazo en la comunidad autónoma.