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Trabajar con el propósito de trascender como empresa

Juan Antonio Carrasco Tranco

Consejero delegado de Laboratorio Agroalimentario Industrial (Indlab)

Viernes, 10 de noviembre 2023, 09:24

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En Extremadura hay actualmente 63 empresas por cada 1.000 habitantes, un dato por debajo de la media nacional de 71,75 y únicamente por encima de Andalucía y de Castilla-La Mancha. Este bajo número de empresas no es un dato esperanzador. Si a ello se le suma que la actividad empresarial extremeña avanza fundamentalmente gracias a impulsos individuales y autónomos en forma de pequeñas empresas y microempresas, el escenario no es demasiado satisfactorio.

Todos somos conscientes de esta realidad en la que nos encontramos. Mejorar la situación es una responsabilidad de todos. Un proyecto de transformación histórico en el que los extremeños debemos avanzar unidos y en la misma dirección.

Durante mucho tiempo, la economía extremeña estuvo dominada por el sector agrícola. No obstante, con el paso del tiempo y el avance de la globalización, Extremadura ha comprendido la necesidad de diversificar su economía y apostar por sectores más innovadores y sostenibles.

Pero reconocer esta necesidad no siempre ha encajado con la visión general que tienen los empresario, fruto esto, de unas circunstancias no elegidas y sobre las que ellos no han podido actuar de forma individual. En Extremadura, más del 95% del tejido empresarial, sin importar el sector del que se trate, son empresas sin asalariados o con menos de 10 empleados. El tamaño medio de las empresas en Extremadura según datos publicados por el Instituto de Estadística de Extremadura es en agosto de 2023 de 7,8 empleados. Por razones operativas, de facturación y de tamaño, a este segmento de empresas le es muy difícil, por no decir imposible, plantearse el innovar, crecer o incluso, expandirse más allá de su localidad; y aquellas empresas o empresarios que pueden planteárselo, tienen dificultades a la hora de afrontar los retos que ello implica (nuevas inversiones, actividades I+D+i, internacionalización, economías de escala…) afectando todo esto a la competitividad del tejido empresarial extremeño.

Muchas de las empresas extremeñas poseen modelos de negocio y de gestión eminentemente tradicionales en sectores competitivos, son poco productivas y se desarrollan en un contexto poco estimulante que las convierte en actividades de subsistencia y no en verdaderos motores de transformación social y económica de nuestros pueblos y ciudades.

El sector servicios no escapa de esta descripción. Sin embargo, ha emergido en los últimos años como un ámbito con alto potencial. Fruto de ello es que desde 2008 no ha dejado de concentrar empresas llegando a suponer el 60,9% (dato a agosto de 2023) de todas las existentes en la región y suponiendo el 67,4% de los trabajadores totales de Extremadura.

Históricamente, el sector servicios se ha caracterizado por su no excesiva ambición de crecimiento y su enfoque en mercados locales. Las empresas emblemáticas de nuestra región prosperan en el ámbito agroalimentario e industrial. Debemos aspirar a la aparición de empresas líderes también en el sector, ya que, aunque existen empresas de servicios de alta calidad, el enfoque en la ambición y la expansión suele ser limitado y muy condicionado. Encontrar alguna localidad extremeña en la que la primera empresa privada del pueblo sea de este sector no es sencillo.

La visión de superar las fronteras locales, regionales y nacionales y convertir los negocios familiares en empresas que no solo impacten positivamente en sus comunidades, sino que también contribuyan al desarrollo económico y social nacional, es verdaderamente necesaria.

En el entramado económico de Extremadura, todos desempeñamos un papel esencial en el delicado equilibrio de la vida económica. Este sector, en particular, actúa como un engranaje crucial para el bienestar, la satisfacción y la calidad tanto de las empresas como de los ciudadanos. En ese contexto se desarrolla nuestra actividad.

Indlab es un laboratorio agroalimentario ubicado en Jerez de los Caballeros líder en el control de la calidad y pureza de los aceites y grasas, tanto de origen vegetal como animal. Nuestra labor no solo trata de realizar análisis físicos y químicos, sino de facilitar las relaciones entre empresas o de aportar certidumbre a las decisiones que nuestros clientes deben tomar sobre sus productos; va mucho más allá. Somos agentes invisibles para los consumidores, pero aseguramos que las marcas en las que confían siguen respondiendo a los estándares que las han hecho merecedoras de esa confianza.

Cada análisis que realizamos, cada informe que generamos contribuye a fortalecer la confianza del consumidor en la calidad de los productos que llegan a sus hogares. Esto es un logro empresarial que además representa una contribución significativa al bienestar de la sociedad en su conjunto. Servimos a otras empresas, pero que nuestra actividad económica tenga una repercusión social innegable nos hace sentir muy orgullosos y dota de sentido nuestro trabajo.

La analítica de los aceites es una labor de control que trasciende las fronteras de nuestro laboratorio. Todos somos consumidores y todos apreciamos la calidad y la seguridad de los productos que consumimos en nuestra vida cotidiana. Cuando nuestro personal comprende que su trabajo contribuye a garantizar que los aceites vegetales y demás productos sean seguros y de alta calidad, se crea un sentido de propósito que va más allá de las tareas diarias.

Desde nuestra posición actual, en la que hemos alcanzado una posición cómoda con una sólida reputación internacional; gracias a nuestro compromiso con la excelencia analítica y la asunción de las necesidades del cliente como propias, se plantea la cuestión de qué hacer a partir de ahora.

Muchas empresas de servicios llegan a este punto y en esa etapa de madurez empresarial, las decisiones que se toman pueden marcar la diferencia entre seguir creciendo o quedar obsoleto y desaparecer. La comodidad y la falta de ambición pueden dar lugar a ser superados por la competencia o incluso a enfrentar dificultades para encontrar un relevo generacional y, en última instancia, cerrar o vender el negocio.

En nuestro caso, para mantenernos como un actor relevante y competitivo en un mercado en constante evolución, ha sido fundamental adoptar una visión a largo plazo.

Esta se traduce en actuar de manera diferente a nuestra competencia. De ofrecer servicios que nadie más oferta y de replantearnos continuamente nuestro modo y maneras de trabajar, adaptándonos a las necesidades muy dinámicas que nuestros clientes nos plantean. Todo ello acompañado de un plan de expansión nacional que nos acerque al cliente y la constante reinversión en tecnologías de vanguardia, la puesta a punto de nuevos métodos de análisis y la formación constante del personal.

En Indlab queremos construir nuestro propio futuro y lograr que el propósito del laboratorio trascienda a los profesionales que actualmente impulsamos y sostenemos su actividad.

Actualmente somos un laboratorio agroalimentario de referencia tanto en España, como en muy diversos países del mundo (Indlab tiene clientes en más de 30 países).

Tras la adquisición de un competidor andaluz y con la adopción de significativos cambios en nuestra estrategia empresarial, aspiramos a liderar de forma sostenible tanto el mercado nacional como el internacional. Sin duda, este proceso está lleno de desafíos y cambios, pero con la ayuda de todo nuestro equipo estamos confiados en superarlos. Nuestro objetivo es claro y la misión difícil, lo sabemos, pero estamos empeñados en conseguirlo y conquistar un futuro que se antoja emocionante.

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