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Somos una cadena de eslabones que están obligados a cooperar entre sí

MARTA SÁNCHEZ LÓPEZ

Miércoles, 2 de noviembre 2022, 11:24

Extremadura ha sido siempre un referente en el mundo de la logística y el transporte. Su estratégico enclave con dos vías de comunicación principales, la ruta de la plata y la carretera que nos ha unido con nuestro país vecino, Portugal, ha facilitado el desarrollo de una red de operadores de transporte y de logística en nuestra región de gran calidad. Estas dos vías principales las han venido recorriendo los camiones de mi familia, con una empresa de origen lucense llamada Empresa Montaña creada por mi bisabuelo y donde trabajaron mi abuelo y mi padre, Antonio Sánchez Pardo, quien posteriormente creó una empresa de transporte en los 80, Extremadura Express, y otra dedicada al transporte de alimentación de temperatura controlada, Transportes Frigoríficos Narval. Desde que tengo uso de razón las historias de camiones en la carretera, conductores, cargas, descargas, dificultades, crisis, … han formado parte de anécdotas e historias que vuelven a mi memoria en días como los que estamos viviendo a lo largo del 2022. Hemos podido observar y sufrir en los últimos años como la profesión de transportista se ha ido deteriorando por unas condiciones de trabajo cada vez más penosas y donde los transportistas nos hemos dedicado a sobrevivir. Probablemente los primeros culpables hemos sido el propio sector del transporte que no ha sido capaz de trasladar sus costes reales, de decir que no a ciertas prácticas que se han impuesto en el sector, de exigir respeto a su trabajo y a su tarea, de denunciar el estado de esperas continuas en centros de distribución que nos exigían mayor eficiencia en vehículos, pero no se exigen mayor eficiencia en optimización de recursos que es el primer paso hacia la sostenibilidad. Probablemente hemos pasado de héroes durante la pandemia a villanos en pocos meses, unos meses donde de pronto la cadena de suministro se ha roto, y se ha roto porque hay un eslabón muy débil que somos los transportistas y que ha empezado a exigir respeto.

Estamos en un punto de inflexión en el sector de la logística y el transporte, nos hemos convertido en meros contenedores y tenemos el deber de poner en valor nuestra tarea. Una frase muy repetida en nuestra compañía es la necesidad de poner en valor lo que cuesta entregar un paquete, en nuestro caso de alimentación refrigerada y congelada, en las mejores condiciones de temperatura y servicio. No hemos sido capaces de trasladar en mucho casos a nuestros clientes en particular y a la sociedad en general el enorme trabajo de muchas personas dedicadas a la cadena de suministro desde el mismo momento de la recogida de ese paquete por un camión de reparto, la llegada a un almacén de origen donde los tránsitos tienen que ser los más cortos posibles para que dicho paquete se clasifique y se cargue en un camión de arrastre donde un conductor trabaja toda la noche para llegar de madrugada al almacén de destino, o tal vez a un almacén intermedio donde tendrá que ser de nuevo clasificado para una nueva ruta de arrastre o bien incluido en una ruta de reparto para entregarse lo antes posible y que el consumidor lo pueda tener en su supermercado o lo pueda disfrutar en su restaurante.

Y todo ello con mucho personal dedicado a mirar por la temperatura y la calidad del proceso para conservar la cadena de frío.

Y todo ello con conductores pendientes del reloj y de las horas de esperas en las distintas descargas que le permitan poder salir cuanto antes para seguir realizando entregas.

Y todo ello sometido a las reducciones en los plazos de entrega en las zonas peatonales o de accesibilidad de los centros comerciales.

Y todo ello realizando proyectos de digitalización y seguimiento para poder informar a los clientes lo antes posible del estado de sus pedidos.

Y todo ello con todas las compañías de transporte mirando la huella de carbono e intentando reducirla para mejorar el futuro de todos.

Esta es la realidad del transporte, un sector lleno de grandes profesionales que se levantan todos los días intentando realizar su trabajo de la mejor manera posible en un entorno donde tenemos el deber y la obligación de devolver el valor que tiene el transportista en la cadena de suministro.

Tenemos el deber de explicarle a la sociedad que no todo vale para entregar en 24 horas, en 6 horas o en 2 horas, si la sostenibilidad es clave para nuestro futuro tendremos que trabajar conjuntamente en nuestra cadena de suministro para llegar a los mejores plazos en el tiempo más breve posible.

Tenemos el deber de reflejar nuestros costes y reflejar unos precios justos para el sector con la profesionalidad y los datos necesarios.

Tenemos que avanzar y digitalizar nuestros procesos para conseguir una mejor gestión de las entregas utilizando todos los medios que la tecnología pone a nuestro alcance y que a través de la Inteligencia Artificial o el Big Data nos permiten analizar y revisar procesos para ser mejores.

Tenemos el deber de captar talento para mejorar nuestra cadena de suministro con los mejores profesionales al frente de nuestras compañías y con unos conductores profesionales y comprometidos que nos ayuden a realizar el cambio que necesita el sector. Esta es una de las claves que ha supuesto los grandes cambios que se avecinan en el sector, es un sector que necesita talento y para atraer talento necesitamos cambiar las condiciones del sector. Necesitamos incorporar los nuevos perfiles de digitalización, inteligencia artificial, previsión de demanda, optimización de rutas, … Necesitamos aportar valor a las tareas del conductor y que no sea un contenedor de mercancía que está 4 y 5 horas esperando para ser cargado o descargado, necesitamos adecuarnos a los nuevos requisitos de horarios y disponibilidad de unas nuevas generaciones que quieren disfrutar de mayor calidad de vida y necesitamos, sobre todo, atraer a los mejores profesionales.

Y este, bajo mi punto de vista, es el mayor reto que tenemos frente a nosotros. Porque, aunque lleguen los camiones auto conducidos, que llegaran, siempre vamos a necesitar conductores que realicen la última milla. Porque, aunque consigamos que la oferta de vehículos de hidrógeno, eléctricos, de gas, … llegue realmente a ser interesante vamos a necesitar conductores que lleven dichos vehículos. Porque, aunque avancemos en la automatización de rutas, seguimiento de vehículos, previsión de la demanda, … vamos a necesitar siempre profesionales que estén mejorando y eficientando estos sistemas. Porque, en definitiva, necesitamos a las mejores personas detrás de nuestros sistemas para poder llevar a cabo los tremendos retos que tiene el sector en este momento.

En Transportes Frigoríficos Narval estamos trabajando en todos estos retos, pero considero que es imprescindible colaborar entre todos los eslabones que desde el transporte y la logística participamos en la cadena de suministro. Como su propio nombre indica es una cadena de diferentes eslabones de productores, fabricantes, distribuidores, almacenes y transportistas que unen dichas piezas y esta cadena está obligada a colaborar entre todos los eslabones para ser más fuerte en todos y cada uno de sus pasos. Sólo así conseguiremos llegar al consumidor en las mejores condiciones de tiempo, servicio y eficiencia. Sólo así conseguiremos realmente avanzar como sector y ponerlo en valor en la sociedad.

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